La primera cosa que hay que entender al charlar de los modelos de bonsái que hay es que hay distintas maneras de catalogarlo. Charlamos de una técnica de jardinería con puntos de tradición y que además de esto tiene una esencial simbología. A pesar de que los nombres nos resulten impronunciables, no está de sobra conocer lo que se oculta tras los nombres de los diferentes géneros de bonsái. Unas designaciones que, traducidas del japonés, significan cosas tan singulares como intuición, serpentina o taburete de mujer.
Pero observemos detalladamente las clases de bonsái que hay según su clasificación. Una que no se efectúa desde un único criterio, y que puede lograr que nuestra planta tenga distintas designaciones.
Historia del bonsái en China
Mural de Penzai en la tumba de la dinastía Tang del príncipe Zhang Huai, 706 dC. (Fotografía: Wikimedia Commons Dominio público)
En la vieja China, los primeros navegadores fueron probablemente los que descubrieron los árboles en miniatura que medraban en lo prominente de las montañas. Este tiempo creaba condiciones duras donde era bien difícil que creciesen plantas y árboles, con lo que los pequeños árboles que prosperaban tenían una fachada algo retorcida. Ahora en el siglo IV a. C., los taoístas pensaban que recrear puntos de la naturaleza en miniatura dejaba a la gente entrar a sus características mágicas. De esta manera nació el colgante. Esto implicó la creación de panoramas en miniatura exhibidos sobre loza de barro.
¿Cuál es el origen de estos árboles?
Más allá de que, la palabra bonsái tiene su origen en El país nipón (buen: bandeja – sai: naturaleza), el arte de cultivar estos pequeños árboles nació en China. Ciertos teóricos afirman que el arte de cultivar estas plantas se dio hace 2 mil años a cargo de frailes que le consideraban un símbolo de eternidad.
De entrada, este arte era único de los nobles y la alta sociedad, pero con los años el arte evolucionó y para el año 800 lo trasladaron a El país nipón por vez primera.
Bonsái-bosque
Bonsái de pino Yamaki
Lista mucho más 3 años, pero su valor procede de su hermosura y también historia. En 2001, nos enteramos de este asombroso bonsái, que fue enviado a USA en 1976 por Masaru Yamaki como obsequio de El país nipón para festejar el 200 aniversario de América.
El National Arboretum acoge en este momento este increíble árbol, que en este momento incluye información sobre su crónica proporcionada por los nietos de Yamaki en el momento en que lo visitaron por última vez. El valor del árbol se cree cerca de $1 millón.